Dragones de viento by Ana Galán

Dragones de viento by Ana Galán

autor:Ana Galán [Galán, Ana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Infantil
editor: ePubLibre
publicado: 2018-09-30T16:00:00+00:00


Los chicos buscaron entre la gente que había en el patio del castillo, pero no la vieron. De pronto, un silbido cortó el aire.

—Oye, ¿habéis oído a ese pájaro tan raro? —preguntó Arco.

—¡Arco! ¡Por favor, deja de distraerte con los pájaros! —lo reprendió Mayo.

—Bueno, bueno, tampoco es para tanto —dijo el chico con la cabeza ladeada intentando localizar al animal.

Mayo por fin vio a Migraña. Estaba detrás de una columna, hablando con dos chicos de la banda mientras se tapaba la boca para que nadie más pudiera oírla. Sus amigos, al igual que habían hecho los otros, sonrieron y asintieron.

—¡Ella también está metida en esto! —dijo Mayo.

—Ya era hora de que me hicierais caso —protestó Casi.

Arco observó a la chica desilusionado. Pues vaya…, con lo bien que le caía… Sin embargo, la evidencia era muy clara.

—¡Tenemos que hacer algo! —dijo Arco sacando su tirachinas.

—¿Y qué pretendes hacer? ¿Disparar contra ella? —dijo Cale.

Él también estaba decepcionado. Se había fiado de Mofeta y de sus amigos y ahora se sentía como un tonto. Allí estaba pasando algo raro. La aparición del profesor Trabuco y los comentarios a escondidas de los chicos de la banda no eran una casualidad.

—¡Tenemos que ir a la dragonería! —decidió—. Si Antón va a ayudar a mi padre y deja solo a Pardiez, no sabemos qué pasará con las crías. ¡Rápido!

Corrieron hasta las dragoneras mientras los sonidos de los pájaros se hacían cada vez más intensos. Cuando llegaron, el alcalde ya había alzado el vuelo en su dragón. Lo vieron en el aire intentando buscar al profesor. ¿Dónde estaba? Había desaparecido sin dejar rastro.

Mientras Casi enviaba su paloma mensajera, Cale entró en una de las cuadras y vio a su dragón Mondragó tumbado panza arriba después de haberse comido todo el comedero de pienso.

—¡Despierta, Mondragó! ¡Es hora de ponerse en camino!

El joven dragón abrió un ojo, se dio media vuelta ¡y siguió durmiendo!



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